La palabra hogar, etimológicamente proviene del latín focus, fuego en castellano. Núcleo de cualquier vivienda, el fuego tenía tanta importancia que, si este se apagaba por cualquier causa, se consideraba una gran desgracia para cualquier familia romana y esta debía de ejecutar ceremonias propiciatorias a los lares familiares e incluso a la propia Vesta para ahuyentar la mala suerte, dado que dependían de él para disponer de luz, calor y procesar los alimentos.
Lógicamente el fuego se situaba la cocina, centro de la vida estrictamente privada, a la cual no accedían las visitas que se tenían que contentar con acceder al atrium, donde se recibía a los clientes en el acto de la salutatio, el tablinum, una especie de despacho también accesible al público y el triclinium, antecedente de nuestro comedor. Este carácter privado de la cocina ha permanecido estable a lo largo de los siglos, hasta hoy, cuando las preferencias sociales tienden a disolver lo privado en el ámbito público, ya sea exponiendo nuestra vida en las redes sociales, ya sea de un modo más sutil, integrando la cocina con otras dependencias como los comedores, espacios eminentemente públicos.
El concepto de la cocina ha evolucionado transformando un puro lugar de trabajo en, prácticamente un centro social e incluso de ocio, esto conlleva una renovación del carácter de esta estancia, adecuándola a las exigencias del público.
En España, el origen de los amueblamientos de cocina, podemos fecharlo en los finales de la década de los 50 del siglo pasado, cuando comienza el flujo de población del campo a las ciudades. La inexistencia en los pisitos de nueva construcción de la época de espacios como las despensas, obligan a complementar las clásicas alacenas con piezas para el almacenamiento más funcionales que las antiguas arcas y con una estética que hoy denominamos eufemísticamente vintage.
Ya en los 70 aparecen las primeras cocinas modulares que experimentan un brusco crecimiento de ventas gracias a los materiales utilizados (tableros de partículas), sensiblemente más económicos que las maderas utilizadas hasta el momento y que además permiten unos procesos de fabricación más eficientes y por tanto más baratos. Al argumento del precio se suma la facilidad de poder personalizar los amueblamientos en razón de su misma modularidad. Los diseños en esta época se centran en lograr una buena capacidad de almacenamiento, intentando no descuidar el aspecto estético, cosa que no siempre se consigue, porque la cocina ya no es un recinto puramente privado, ya no se hurta su vista a los visitantes. Es la época de la irrupción de los electrodomésticos, que contribuyen de forma muy importante al giro del concepto de cocina.
Nuestra incorporación a la U.E. facilitó la irrupción en nuestro mercado de fabricantes extranjeros, sobre todo alemanes e italianos, provocando, de manera casi inmediata, un cambio en los gustos del público que ya buscaba unas instalaciones más refinadas, un gusto estético distinto a la vez que una mayor ergonomía y una simplificación en el mantenimiento y limpieza de los elementos. Los diseños pasaron de ser coloristas, con un puro concepto estético italiano, a las líneas austeras y los colores neutros de los germánicos para, actualmente inclinarse por diseños nórdicos de líneas simples y tonos suaves y luminosos.
Hoy nos encontramos con cocinas en las que el fuego ha quedado como un recuerdo, ha sido reemplazado por placas de convección y hornos pirolíticos muy alejados de los hogares de piedra y ladrillo ahumados por el paso de los siglos. Descartado el antihigiénico cuchitril cubierto de grasa y hollín, triunfa la luz y el espacio.
En este viaje de lo privado a lo público, llegamos a destino; ahora mismo, las buenas cocinas son líneas puras creando volúmenes muy bien calculados, los electrodomésticos desaparecen integrados en el amueblamiento y, a pesar de todo ello, no se han convertido en fríos laboratorios de cocina molecular, continúan cumpliendo su función de ser el cálido alma del hogar, su parte nutricia mientras que, a la vez, sirven de lazo e incluso forman parte de la zona abierta de la vivienda.